El
último partido no merece un análisis. No se puede determinar si lo
táctico fue importante porque ayer lo que primó fue la tensión, el
nerviosismo y la ansiedad. Del Bono cerró el año, no como lo esperaba
pero si con el objetivo de mantener la categoría. Sufrió, como lo hizo a
lo largo del campeonato. Nadie le regaló nada y por eso el premio final
tiene un valor doble, algo que pocos se pueden dar. Con un plantel
corto en todo sentido, en cuanto a jugadores, presupuesto y dirigentes,
el Bodeguero salvó la plaza.
Ayer dio el último paso, pero eso le costó más de lo esperado. No llegó a ser un parto, pero un fuerte dolor de cabeza significó el gol que le convirtieron en la primera llegada del Gueyma. Increíble pero real. Iban 17 minutos del primer tiempo y ya se encontraban perdiendo. Una sola llegada visitante y fue a través de un remate de Marcos Báez que el arquero Araoz mandó al córner. De allí se generó la jugada del gol, porque después del centro, el rebote le quedó al juvenil Cristian Nievas quien desde fuera del área remató cruzado y abajo. Gol y a remar para Del Bono.
Era de no creer, hasta ese momento del gol, el equipo de Antuña había generado cinco ocasiones claras de gol. Una de ellas con un remate de Matías Molina en el travesaño, solo por mencionar alguna. Del Bono era más, pero perdía. Y encima los demás resultados no le daban una mano. Y el nerviosismo que había afuera se trasladaba a los jugadores. Iban para adelante con mucha actitud pero sin la tranquilidad suficiente para vulnerar el arco del Gigante Viotti. A tal punto iba para adelante que un centro de Ibaceta al área encontró a un Michel García saltando con ímpetu en el área y con falta. Su cabezazo poco ortodoxo alcanzó a dar en la mano de Brian Sosa sin querer. El árbitro interpretó que fue penal y lo cobró. Jonatan Tello no perdonó y el empate llegó cargado de alivio. Los veinte minutos que restaban del primer tiempo se jugaron en campo mendocino. No pasaron la mitad de cancha y Del Bono llenó de centros el área. Ocasiones por doquier pero la pelota caprichosa no quería entrar.
Ayer dio el último paso, pero eso le costó más de lo esperado. No llegó a ser un parto, pero un fuerte dolor de cabeza significó el gol que le convirtieron en la primera llegada del Gueyma. Increíble pero real. Iban 17 minutos del primer tiempo y ya se encontraban perdiendo. Una sola llegada visitante y fue a través de un remate de Marcos Báez que el arquero Araoz mandó al córner. De allí se generó la jugada del gol, porque después del centro, el rebote le quedó al juvenil Cristian Nievas quien desde fuera del área remató cruzado y abajo. Gol y a remar para Del Bono.
Era de no creer, hasta ese momento del gol, el equipo de Antuña había generado cinco ocasiones claras de gol. Una de ellas con un remate de Matías Molina en el travesaño, solo por mencionar alguna. Del Bono era más, pero perdía. Y encima los demás resultados no le daban una mano. Y el nerviosismo que había afuera se trasladaba a los jugadores. Iban para adelante con mucha actitud pero sin la tranquilidad suficiente para vulnerar el arco del Gigante Viotti. A tal punto iba para adelante que un centro de Ibaceta al área encontró a un Michel García saltando con ímpetu en el área y con falta. Su cabezazo poco ortodoxo alcanzó a dar en la mano de Brian Sosa sin querer. El árbitro interpretó que fue penal y lo cobró. Jonatan Tello no perdonó y el empate llegó cargado de alivio. Los veinte minutos que restaban del primer tiempo se jugaron en campo mendocino. No pasaron la mitad de cancha y Del Bono llenó de centros el área. Ocasiones por doquier pero la pelota caprichosa no quería entrar.
Al irse al descanso, la angustia pesaba en todos. Para colmo, al llegar al vestuario se enteraban que estaban en promoción.
El regreso mostró al Bodeguero inseguro e intranquilo y aún así Guaymallén no le llegó nunca.
La única arma era la del centro y por ese camino encontró el gol. Del Cero cabeceó mal y la pelota se iba afuera. El arquero Viotti se confió e imaginó la jugada terminada, sin embargo como un rayo apareció Juan Gabriel Tapia con un cabezazo envió la pelota al área chica y allí solo la empujó el cordobés Darío Arlotta. Un gol que se demoró en gritar. Las miradas se enfocaron en el asistente y éste ya estaba corriendo hacia el medio.
Ese gol significaba la salvación, pero por delante habían mas de media hora de juego y sufrimiento. Guaymallén con sus limitaciones se fue arriba. Temor hubo. Dudas también y una ocasión clara para Báez que el Payaso Araoz tapó de manera brillante. Y si esa no entró, ya no entraría nada. Desde ese momento bajó el canto de la tribuna casi al unísono con el pitazo final “...la promoción... la promoción se va a la p... que la parió...” La misión estaba cumplida, Del Bono se queda un año más en el Argentino B
El regreso mostró al Bodeguero inseguro e intranquilo y aún así Guaymallén no le llegó nunca.
La única arma era la del centro y por ese camino encontró el gol. Del Cero cabeceó mal y la pelota se iba afuera. El arquero Viotti se confió e imaginó la jugada terminada, sin embargo como un rayo apareció Juan Gabriel Tapia con un cabezazo envió la pelota al área chica y allí solo la empujó el cordobés Darío Arlotta. Un gol que se demoró en gritar. Las miradas se enfocaron en el asistente y éste ya estaba corriendo hacia el medio.
Ese gol significaba la salvación, pero por delante habían mas de media hora de juego y sufrimiento. Guaymallén con sus limitaciones se fue arriba. Temor hubo. Dudas también y una ocasión clara para Báez que el Payaso Araoz tapó de manera brillante. Y si esa no entró, ya no entraría nada. Desde ese momento bajó el canto de la tribuna casi al unísono con el pitazo final “...la promoción... la promoción se va a la p... que la parió...” La misión estaba cumplida, Del Bono se queda un año más en el Argentino B
Raúl Antuña: El capitán que manejó el barco
Llegó
para apagar un incendio que parecía voraz e incontrolable. El 6 de
marzo de este año Del Bono se encontraba en descenso directo y Raúl
Antuña se hizo cargo sin mediar demasiadas conversaciones. Aceptó el
desafío como una misión que no era imposible, pero sí difícil. Su
contrato con Del Bono se venció ayer y tal cual lo había dicho a las
18.00 pasó a ser un desocupado más. “Sabía que a las seis de la tarde
podía estar feliz o amargado. Por suerte se dio todo bien, no jugamos
como se pretendía pero conseguimos el objetivo. Dejamos a Del Bono en la
categoría, para eso vine y me quedo tranquilo porque el objetivo está
cumplido”, empezó diciendo el Purruco a la salida de un vestuario que
estaba eufórico.
A la hora de agradecer, tuvo palabras para los jugadores que dejaron todo en la cancha. “Antes de aceptar la conducción me averigüé todo sobre el plantel. Y todo lo que me habían dicho lo comprobé, además de ser buenos jugadores son buenas personas. Dejaron todo en la cancha y fueron honestos con ellos mismos y con la gente. Pero, ésta es una tarea que no la empecé yo. Esto también hay que agradecérselo a Quique (Villegas) y Andrés (Lavorante) ellos también hicieron lo suyo para mantener a Del Bono en la categoría. Yo sólo pude aportar mi experiencia en el vestuario y un trabajo que sirvió para mantener la categoría”.
Ayer no se lo vio tan nervioso como en otras ocasiones pero igual sufrió. “Esto lo valoro como un campeonato, salvar a un equipo del descenso es muy importante. Me lo enseño mi viejo y le dedicó a él este triunfo. Él me metió en el mundo del fútbol y a él se lo debo” contó emocionado Raúl Antuña.
A la hora de agradecer, tuvo palabras para los jugadores que dejaron todo en la cancha. “Antes de aceptar la conducción me averigüé todo sobre el plantel. Y todo lo que me habían dicho lo comprobé, además de ser buenos jugadores son buenas personas. Dejaron todo en la cancha y fueron honestos con ellos mismos y con la gente. Pero, ésta es una tarea que no la empecé yo. Esto también hay que agradecérselo a Quique (Villegas) y Andrés (Lavorante) ellos también hicieron lo suyo para mantener a Del Bono en la categoría. Yo sólo pude aportar mi experiencia en el vestuario y un trabajo que sirvió para mantener la categoría”.
Ayer no se lo vio tan nervioso como en otras ocasiones pero igual sufrió. “Esto lo valoro como un campeonato, salvar a un equipo del descenso es muy importante. Me lo enseño mi viejo y le dedicó a él este triunfo. Él me metió en el mundo del fútbol y a él se lo debo” contó emocionado Raúl Antuña.
GENTILEZA DIRAIO EL ZONDA, SAN JUAN 8
Hola amigos ahora mas q' nunca hay q' tratar q' la flia. Bodeguera ste mas unida q' nunca hay q' empezar ya con campañas de socios. Para q' todo quedé en el club. Q' purruco ya empiece con los chicos del club y para el proximo Arg. B con tiempo tengamos un equipo competitivo como siempre fue. Hinchas dirigentes y flia. Nos unamos y llevemos al club a lo mas alto. A y hay q' apoyar todo x q' todas las disiplinas son parte de el club Alfredo González.
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